El Renault Dauphine, un coche clásico popular, que si en algo por justicia debemos reclamar un talante, y difuminamos la visión en torno a la década de los 60 bajo el grisáceo color francés, lo destinaríamos al viejo amigo, al utilitario y burgués Dauphine.

Sin contemplar la paradoja, que supuso la férrea expresión del " Coche de las viudas", por sus deficiencias en estabilidad, el Renault Dauphine supuso un gran éxito de ventas, sobre todo en Francia, desde su presentación en el Palacio de Chaillot de París el 6 de marzo de 1956, se vendieron más de dos millones de unidades.

Renault Dauphine:
Partiendo de la conocida base del Renault 4cv del que adopta la misma estructura y posición mecánica posterior de 4 cilindros, el Dauphine hace hincapié a una estética mucho más estilizada y a una mayor anchura interior, doblándole directamente a formar parte de los vehículos familiares cómodos y silenciosos de la época , con una especial luminosidad que le aportan sus líneas de ligero marcaje Americano y la suavidad de los tonos interiores que realzan la totalidad del habitáculo.

Sin desmarcarse del planteamiento inicial, el proyecto denominado 109, fue tomando cauce desde sus primeros bocetos en 1951 y siguiendo las bases que lo situaría entre el 4cv y el modelo superior Fregate, sin apodos y dejando huella, el Renault Dauphine resumió la expresión de libertad de líneas redondeadas, continuadas en los Ondine, y Gordini, hasta el final de su producción en 1968 dejando paso a la nueva gama de vehículos Renault 4, 8, 10 y 16.

Mecánica:
Aunque en la época figuraba entre los vehículos europeos de prestaciones intermedias, el Renault Dauphine acomoda la escasa potencia, 28cv (suficiente de la primera versión) , en la robustez física de su bien concebido motor tipo sierra, del que puede alardear de fiable y duradero, esgrimiendo y conteniendo todo su temperamento con una caja de cambio de 3 velocidades.
Las mecánicas se mantuvieron durante toda su producción con una cilindrada de 845cc desarrollando diferentes potencias, de los 28 CV iniciales se pasó a los 32, 31,37.5,40 y 55 CV , con cajas de cambio de 3 y 4 velocidades, además de una versión automática.

Tecnológicamente, el Renault Dauphine vino a descubrir la fase de referencia que suponía un nuevo simbolismo familiar de lujo básico en el mercado, tanto Europeo como Americano, siendo objetivo y coherente con su especial porte de sencillez con un espacio habitable que cubría las suficientes pretensiones de sus compradores, dejando en secundario, la potencia mecánica, que se suponía suficiente para el vehículo. Los Dauphine venían equipados con unos buenos frenos hidráulicos de tambor, en las cuatro ruedas y de una ajustada suspensión independiente.

Competición:
Sin acusar la evolución sufrida por los 4cv en la trascendencia de los Alpine, de gran pureza deportiva, los Renault Dauphine llegaron a protagonizar verdaderas hazañas competitivas, de las manos de Gordini , venciendo en su categoría, en las Mille Miglias de 1956, en el Tour de Corse y el Rallye Monte Carlo de 1958 pilotado por Jacques Feret y Guy Monraisse.