Juventud eterna es una cualidad que pertenece a un número reducido de coches, y el Mercedes Benz 300 SL Coupé sin duda alguna pertenece a este grupo de élite.
El vehículo se presentó por primera vez en el Salón Internacional de Nueva York en 1954, y ya dejaba entreveer que se convertiría en un icono dentro de la historia de la automoción...en 1999 fue considerado coche del siglo.

El toque esencial de inspiración lo aportan su puertas, abriéndose hacia el cielo dejando revelar el interior fuerte y esculpido: "Gullwing" o alas de gaviota.
La historia del 300 SL está estrechamente ligada a la vida de un admirador muy influyente, Maximilian E Hoffman, un importador americano, que fue quien impulsó e insistió a Mercedes Benz a construir un gran deportivo de calle.
En 1957 finaliza la producción del modelo con un total de 1400 unidades fabricadas. Pero el espíritu de este extraordinario vehículo todavía vive.

Reconozco que no era el juguete predilecto de mi infancia, cuando explorando los caminitos de tierra con nuestros pequeños bólidos jugueteábamos una y otra vez por el laberinto recién construido, fusionando toda nuestra ilusión en los coches, ni comprendía la imagen deportiva que encerraba la costura de su diseño , que permanecía medio oculto dentro del hangar de dos pisos y estación servicio con lavado a mano.

Un recuerdo que no deja ausencia, que permanece en el limbo del clima, de la vivencia de antaño.

Hoy ya no me acuerdo de ninguna anécdota de los otros cochecitos ,¿ pero que tendría el Mercedes 300SL que flora en mí ?........el sabía en su tristeza de abandono, que algún día comprendería el porte de su talante y costura.