Mercedes Benz Race Cars

 

SEMANAS FINALES

El director de competición, Alfred Neubauer había preparado un equipo de tres pilotos: Juan Manuel Fangio, Karl Kling y el Hans Herrmann.

Todo estaba listo, incluso preparado un programa intenso de comprobaciones. Caminos públicos y carreteras de todo tipo para comprobar el comportamiento y las mecánicas además de conseguir habituarse con el vehículo haciendo las máximas millas posibles.
Sin embargo el mejor lugar para la comprobación de los vehículos era correr en circuito.
La Carrera de Reims no quedaba lejos.
Era un día de verano húmedo y la temperatura del asfalto estaba subiendo rápidamente. Los mercedes en los entrenamientos daban unos resultados muy prometedores, todo estaba al rojo vivo y los vehículos demostraban ser totalmente fiables . Todo estaba listo.


PRACTICA

El viernes 3 de julio, los automóviles y pilotos llegaron para otra sesión de entrenamientos. Las mecánicas disfrutaban ahora de los beneficios que ofrecía el sistema de inyección directa.
Las unidades que habían demostrado más potencia, en el banco de pruebas de Stuttgart eran los chasis 3 y 5 que serían pilotados por Fangio y Kling, la falta de tiempo obligó al chasis Nº2 pilotado por Hans Herrmann de no disponer de la tecnología punta.
Las Flechas de plata atrajeron a una multitud de observadores interesados, espectadores y a rivales.
La sesión calificativa del sábado también fue sumamente exitosa. Fangio y Kling empezarían la carrera primero y segundo en la parrilla de salida compartiendo espacio con el campeón del Mundo de 1953, Alberto Ascari con su Maserati. Detrás de ellos el primero de los Ferraris, pilotado por José Froilan González, y Onofre Marimon con el segundo Maserati, Hans Herrmann en la tercera fila con su Flecha Color de plata y flanqueado por el Príncipe Bira de Thailandia, también con un Maserati, y un Ferrari pilotado por Mike Hawthorn.
A pesar del claro éxito en los entrenamientos, las condiciones meteorológicas y el excesivo consumo de los vehículos, propiciaban malos augurios, no se podía recorrer toda la carrera con un solo depósito , faltarían 50 litros para terminar la prueba, el problema estaba que un segundo repostaje les haría perder demasiado tiempo, la solución la propuso Rudolf Uhlenhaut, después de los entrenamientos del sábado, subió en su Mercedes 300SL hasta Stuttgart, donde tenía tres tanques de combustible auxiliares unidos, la incorporación de estos tanques, solucionaron el problema, eso si, en la misma línea de salida los mecánicos aún estaban fijándolos.